Esta semana despedimos a nuestro Buen amigo Gunther Saupe

Heinz Güenther Saupe Henning.
Hoy murió Günther.
Hace 20 años mi carrera como publicista dio un giro inesperado, que fue el trampolín del que brinqué para llegar a donde me encuentro hoy.
Trabajaba para Bozell que recién había sido comprada por FCB, agencia en la que me encargaba de la cuenta más importante. Dicha cuenta se perdió en un proceso global y de repente, me encontré con la posibilidad de quedarme ahí o de irme con la cuenta a la agencia que la había ganado. Opté por lo segundo sin muchas ganas, pero era la opción menos mala. Ya había dicho que sí aunque me faltaba firmar, así que algunos compañeros me invitaron a comer para despedirme. Yo no estaba convencido pero las condiciones eran muy buenas y el cliente había presionado para que me llevaran con todo y cuenta, así que hice de tropas corazón.
Durante la comida recibí una llamada de Jorge Cuchí que tendría un par de meses trabajando para Lowe Lintas, después de haber sido mi dupla -o yo la suya- en la agencia de la que me despedía. Jorge me había recomendado con Günther Saupe, presidente de Lowe, para ocupar una vice presidencia, responsable de un par de marcas de cerveza que acababan de ganar. Entró esa llamada de Jorge, con quien hablé brevemente, me pasó con Günther, dejé mi comida de despedida y me fui a verle. Después de 15 minutos de charla, Günther me hizo una oferta, la acepté y al día siguiente estaba firmando un contrato. Decidí tomar esa oferta por dos razones: por continuar trabajando con Jorge Cuchí, quien me dijo que no me fuera a trabajar a una agencia de hueva y que decidiera por irme a trabajar a “The Twilight Zone”. La otra razón fue Günther, que me dijo que él se encargaría de cuidarme y que hiciera lo que se me antojara para que el negocio que me tocaría manejar, funcionara: “te doy carta blanca y te doy mi mano para cerrar el trato”. Ambos cumplieron con lo que me dijeron.
Hoy murió Günther, una institución en el gremio, un gran profesional y sobre todo, una gran persona. De no haber sido por el papel que jugó Günther esa tarde, no estaría donde hoy me encuentro.
Gracias, Günther, seguramente estarás en el cielo de los publicistas, poniendo seriedad ahí, qué buena falta debe hacerle.
Horacio Navarro Febrero de 2021